“Toda la base de la vida y el trabajo de un actor consiste en la imposibilidad de separar su “yo” mundano de su “yo” de actor”.
Stanislavski agrupaba en cuatro etapas el proceso creativo del actor sobre la construcción de su papel: el reconocimiento, la vivencia, la encarnación y la persuasión.
En el periodo de reconocimiento, el autor señala que el actor debe de estar completamente dispuesto para encontrarse con el texto, estar limpio de todo prejuicio y lograr estimular el sentimiento, la voluntad creadora, la razón y la memoria afectiva. Todo esto a través de cuestionarse puntos como: ¿A quién se le está hablando? ¿Qué se le está diciendo? ¿Cuál es la necesidad que tiene el personaje? ¿Cuáles son sus circunstancias?
En el periodo denominado como vivencia, Stanislavski nos dice que, una vez que se entendieron las circunstancias en las que habita el personaje, una vez que el actor exploró en ese determinado mundo y situación, entonces el personaje empieza a “desear” algo. Entonces la pregunta a contestar sería: ¿Cuál es el objetivo del personaje? ¿Cuál es su impulso? Éste no viene a ser otra cosa más que el resultante de los deseos y las aspiraciones. Aquí tanto el actor como el personaje tienen objetivos y el impulso es aquél que va hacer posible que se realice o no.
Esta herramienta de creación, llevan al actor a moverse, a “accionar”. El impulso es interno, es el deseo no realizado y la acción es la realización de los deseos, la satisfacción de los impulsos interiores. La acción puede ser tanto externa como interna, ya que siempre estamos en contaste movimiento, incluso cuando no es físico.
Una vez que se empezó a accionar para lograr un objetivo determinado, el cuerpo inicia un periodo de reconocimiento entre lo ficticio y lo real. El actor debe someterse a largos periodos de ensayo y exploración, para entonces hacer suya esa realidad y empezar a reaccionar bajo esas circunstancias que lo lleven a lograr cierto deseo.
Konstantin Stanislavski en "Lower Depths" de Maxim Gorky. Dirección Konstantin Stanislavski.
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La etapa de encarnación, pone en equilibrio una doble necesidad: la vivencia interior y la transmisión de esta vivencia en una forma artística, funciona como vehículo indispensable para que la vivencia trascienda la mera exploración psicológica y se proyecte como obra de arte en el escenario. Los elementos que la componen son: la expresión corporal, la voz y la palabra, el tempo-ritmo y la caracterización.
La división entre vivencia y encarnación se debe a razones pedagógicas, no son procesos aislados, sino procesos que se ayudan y se complementan en un todo orgánico, los elementos que corresponden a la vivencia ayudan a la encarnación, de la misma forma que los elementos de la encarnación estimulan la vivencia.
Bibliografía:
Stanislavski, Konstantin. (1968) El arte escénico. Traducción de Julieta Campos. México: (Editorial) Siglo XXI.
Gorchakov, Nikolai y Toporkov, Vladimir. (1998) El proceso de dirección escénica. Recopilación de Edgar Ceballos. México: (Editorial) Escenología.
Stanislavski, Konstantin. (1963) Manual del actor. Recopilación de Elizabeth Reynolds Hapgood. Traducción de René Cárdenas Barrios. México: (Editorial) Diana.
Ceballos, Edgar. (1999) Principios de dirección escénica (recopilación). México: (Editorial) Escenología.
Knébel, María Osipovna. (1998) La palabra en la creación actoral. Traducción de Bibisharifa Jakimzianova y Jorge Saura. Madrid (editorial) Fundamentos.
Stanislslavski, Constantin. (1979) El trabajo del actor sobre sí mismo en el proceso creador de la encarnación. Buenos Aires (editorial) Quetzal.
Stanislslavski, Constantin. (1993) El trabajo del actor sobre su papel. Buenos Aires (editorial) Quetzal.
Ruiz, Borja.(2008) El arte del actor en el siglo XX. Un recorrido teórico y práctico por las vanguardias. Bilbao (editorial) Artezblai SL.
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